martes, 3 de julio de 2012

MONUMENTOS DE GUATEMALA


Monumentos de Guatemala


Los monumentos son testimonios de la historia del arte, pues son obras de creadores guatemaltecos y extranjeros y además, engalanan calles y avenidas para dar estilo a Guatemala como destino turístico.

Justo Rufino Barrios, está representado en esta estatua ecuestre y el caballo tiene las patas delanteras en el aire, puesto que este general murió en el campo de batalla.
El paseo del Hipódromo del Norte era una avenida señorial, flanqueada por frondosos árboles y hermosas casas, que empezaba en el parque Morazán y terminaba con un templo a Minerva, diosa griega de la sabiduría.

De aquellos tiempos nos quedan algunos vestigios. Aunque el parque Morazán perdió el monumento a Cristóbal Colón, porque fue llevado a la Avenida Las Américas, aún evoca años dorados.

El templo a Minerva, recuerdo arquitectónico de la era del dictador Manuel Estrada Cabrera, fue demolido para erigir, en su lugar, el Diamante Enrique Torrebiarte, hecho consignado en una revista Life de la época.

Ya dentro del Hipódromo, una vieja fuente, que otrora estuviera bellamente adornada, clama por su restauración, como se hizo con el Mapa en Relieve, el cual recientemente ha recobrado parte de su antiguo esplendor.
La paz de los muertos
Otro sitio rico en monumentos es el Cementerio General. Rodeado por el crecimiento urbano, este camposanto ahora ya forma parte de las entrañas mismas de la capital. Pero es un espacio grande que por su naturaleza, también podría servir como paseo, ya sea para meditar o para conocer algo de nuestra historia, puesto que allí abundan las referencias a personajes que han jugado un papel relevante en el país.

Uno de los monumentos, quizá el más llamativo, es el dedicado a la memoria de doña Agripina de Sánchez. Es un conjunto tallado en mármol que evoca la inmortalidad después de la muerte. Su factura es impresionante, aunque ya acusa el paso del tiempo.
Estatua viajera
El monumento a Colón, en la Avenida Las Américas, es obra del arquitecto Juan Mur y recibió críticas muy favorables desde su develación, pues aparte de su valor artístico presentó un alto grado de dificultad para fabricarlo y transportarlo.

Pesa alrededor de 12 toneladas y fue fundido en bronce a partir de un molde de yeso, en talleres de París y Nueva York, para ser finalmente ensamblado en Guatemala.
Tal vez, como el personaje que representa fue un gran viajero, el monumento ha sido una itinerante, pues primero estuvo en el Parque Central (hoy Plaza de la Constitución) y luego en el Parque Morazán, antes de anclarse en su ubicación actual, que parece ser la definitiva.
El sur de la capital
A la entrada de la Avenida Reforma se yergue el monumento dedicado a García Granados, bien se merece una detenida observación. Posee una base alegórica con figuras humanas y leones, así como inscripciones.

Ya en la Avenida Las Américas, están la estatua ecuestre dedicada a Justo Rufino Barrios, que anteriormente estuvo en la Plaza Barrios (9a. avenida y 18 calle, zona 1), la dedicada a Cristóbal Colón, el monumento al benemérito Benito Juárez y uno de los más recientes, el del prócer chileno Bernardo O¹Higgins.

Existe otra estatua dedicada al almirante genovés ya mencionado, situada en el parque Colón. Podrá parecer mínima, pero es una de las pocas que aún está en su ubicación original y, además, sirve para identificar ese parque del Centro Histórico.

Otros monumentos capitalinos son tan parte del paisaje que pasan inadvertidos.

Por ejemplo, el mural de Carlos Mérida en el edificio del IGSS de la zona 1, la fachada del Banco de Guatemala, del mismo autor; el relieve del mismo edificio del IGSS, que está sobre la séptima avenida, creado por Roberto González Goyri o el conjunto que sirve de fachada a la Biblioteca Nacional, de Efraín Recinos.

Cabe recordar que estos monumentos y edificios no son obras anónimas, pues fueron creados por artistas de talla internacional como Aquiles Branbilli, Francisco Durini, Justo de Gandarias, Juan Ganuza, Juan Mur, Rafael Yela Günther y Rafael Pilli, entre otros, y representan las tendencias del arte en Guatemala a lo largo de los siglos XIX al XX y serán base para su futuro desarrollo estético.
Una de las musas del monumento a Miguel García Granados, hace evidente el estilo neoclásico del conjunto.






No hay comentarios:

Publicar un comentario